miércoles, 20 de junio de 2012

sin_rastro

SIN RASTRO

Juan estaba decidido en acabar con su vida. Aunque no lo había planeado aún, miraba aleatoriamente su cuarto y empezaba a imaginar la escena de su anunciada muerte. Cada objeto que observaba era analizado pausadamente para lograr su objetivo sin poder fallar.

No pudo asimilar el rompimiento que tuvo con su enamorada hace semanas. No se sentía amado, y por consiguiente; no se amaba a él mismo. Pensó que los días y el tiempo iban a ser el aliciente para combatir su soledad y la depresión que lo sumergían en un pozo profundo cargado de sentimientos turbios. No podía concentrarse en la universidad donde estudiaba contabilidad, no comía bien, no salía con sus amigos, y solo prefería dormir.

Nadie en su casa pudo notar su depresión, porque nadie vivía con él, de vez en cuando su hermano mayor, casado, iba a verlo los domingos pero nunca hablaban de otro tema que no fuese los problemas de sus padres quienes estaban a punto de divorciarse. Además, su papá ya no pensaba en seguir apoyándole con su estudio, y esas noticias eran materia de discusión que los problemas amorosos que tenía. Había dos personas que sí estaban enterados del rompimiento de Juan y Raquel. Sus dos mejores amigos, Leo y Andrés. El teléfono sonó.

_ ¿Aló? _contestó Juan.
_Juan, viejo estoy yendo a tu casa. Quedamos en ir hoy a latear en Barranco y escuchar unos grupos de rock peruano en el local de mi pata. _Era Leo.
_No creo que tenga ganas. Gracias de todas formas pero no. _respondió Juan con desaire.
_Mira men, los problemas ya pasaron pero no te olvides de ti y de tu vida, todavía estas vivo y tienes que seguir pa’ delante nomas viejo ¡Vamos! _Lo entusiasmó.
_Viejo, tengo que decirte que fuiste un buen amigo para mí, y te lo agradezco…
_Pero… _Juan colgó el teléfono.

Juan continuó planificando su suicidio y recordando cuadro por cuadro los hechos que se suscitaron durante las últimas semanas y que lo llevaron a tomar fatal decisión.  Se acercó a la mesita de noche al lado de su cama y sacó un álbum. En la primera página unas fotos de él junto con su hermano y sus padres juntos en la playa lo llenaban de nostalgia. Tenía seis años cuando le tomaron aquella fotografía. En la siguiente página, veía a un Juan gracioso y juguetón que le lanzaba la pelota a su papá en la cocina mientras su madre estaba abriendo el horno para sacar un pastel hecho para el cumpleaños número  cuarenta de su viejo. Siguió avanzando las páginas del álbum y encontró una  fotografía de él junto con Raquel en la secundaria. Estaban abrazados y felices mirando al lente de la cámara. El fotógrafo era Andrés. En ese momento sus ojos empezaban a entumecerse y las lágrimas empezaban a fluir. Aquella fotografía lo transportó al pasado, en la secundaria del colegio privado del distrito de San Borja donde vivió de adolescente. Recordó cuando se declaró a Raquel y ella le respondió con un beso. Y las horas de recreo donde junto con sus amigos y entre ellos Andrés y Leo hablaban de futbol y videojuegos. Cerró el álbum.

Su mirada melancólica y frágil se inmutó en una mirada despectiva y disgustada. Se secó las lágrimas con su muñeca y sus ojos se tornaron rojos como los de un toro embravecido.
Recordó el viernes pasado. Días después de que Raquel le dijera que ya no quería estar con él y que la relación se había terminado ese mismo día, sin explicación, sin razón.  Dicho viernes en la mañana conversó con Andrés, y le contó el problema que tuvo con Raquel. Esperado un consejo o estimulo, este le dijo que ya no se hiciera problema y que mejor sería olvidarla. “Hay muchas mujeres como muchos peces hay en el mar”, y en síntesis, le dijo que se olvidase de ella. Juan lo invitó a ir al Bar en Barranco y tomar unos tragos de pisco, pero él le dijo que podría y que tenía ir a un trabajo en grupo. Le aconsejó que llamase a Leo y lo invitase. Entonces Andrés se despidió de él y se fue de su cuarto. Momentos después, Juan llamó por teléfono a Leo y lo invitó a salir, pero tampoco pudo porque pensaba viajar el fin de semana a ver a su enamorada. Sin embargo aprovecho la circunstancia y le contó lo que había pasado con Raquel. Que la relación de más de cinco años desde la secundaria había terminado injustificadamente. Leo le aconsejó que pensara bien las cosas, y que indague la razón o motivo que Raquel no le había explicado. Tal vez ella tenía un problema y Juan debía de entenderla, o quizás hay una mala noticia que  la ha empujado a terminar una relación para poder resolver el problema con tranquilidad. Juan le agradeció por sus palabras y trató de sentirse mejor.  La noche había caído y como no había con quien salir se tiró a la cama y durmió unas horas. El teléfono empezó a timbrar y Juan se despertó despavorido. Era su hermano para contarle de que papá y mamá habían decidido divorciarse y que el domingo iría a hablar con él y contarle con detalle del tema y otros. Tal mala noticia lo decayó. Sacó su celular del bolsillo y buscó los números de sus amigas de la universidad, muchas de ellas querían estar con el cuando él estaba con Raquel. Por cosas de la vida, casi todas negaron su invitación para salir, y otras tenían el celular apagado _Cuando estaba con Raquel parecían moscas que se me pegaban y ahora que estoy solo ni caso me hacen. _Se dijo. De todas formas cogió las llaves y su billetera. Apagó el pequeño televisor Led y la luz del cuarto, salió.  Tomó un micro rumbo a Barranco y bajo en el Boulevard. La gente amante de la noche caminaba de aquí para allá en grupos saliendo y entrando a los bares y discotecas, eufóricos y adormecidos por el cigarro y el alcohol. A pesar de tener una buena estatura y atractiva apariencia, ninguna de las bellas mujeres le miraban con atención y provocación. Pareciera que podían detectar su desagradable y trágico problema como un aura negativa que bordeaba su cuerpo. Entro al bar y en medio del montón de personas, busco un asiento y se sentó junto a la barra  pidió un pisco sour. Luego otro, y otro más. Se mareó y no pudo aguantar el peso de su cuerpo, se cayó. Unos tipos lo levantaron y él se molestó, ordenó otra copa más. Y empezó a flirtear a las chicas que estaban al lado de él sentadas. Se molestaron y se fueron a otro lado. Cansado ya de beber tanto como nunca antes lo había hecho. Se marchó sin con un desasosiego descomunal. Llamó a un taxi, y le dio la dirección de la casa de Raquel, quería hablar con ella. Llegando en los cruces de la Avenida Aviación y San Borja Sur, se empalideció al ver a Andrés y Raquel juntos, abrazados y llamando a un taxi.

_Hey viejo, deténgase aquí un rato _Le dijo Juan al taxista. Mientras observaba la decepcionante escena.
_Esa es tu flaca. ¿No viejo? _Le preguntó el taxista.
_ ¿Cómo lo sabes? _Le preguntó
_ No hay que saberlo, se nota en tu cara la sorpresa que te acabas de llevar. ¿Los seguimos?
_No. Regrésame al bar. Te pagaré la doble carrera.

Nuevamente abrió el álbum de fotos y sacó bruscamente la foto de él y de Raquel. Despedazó con la mano y tiro los pedazos al tacho de basura. Nuevamente miró su cuarto ángulo por ángulo, rincón a rincón. Miró sus corbatas y pensó que sería bueno ahorcarse con ellas. Vio que la ventana estaba abierta, y lanzarse de ahí para caer del quinto piso sería una muerte exitosa pero dolorosa, lo descartó. Había un cuchillo de carne en una mesa pequeña con el que cortaba el pan, quizás cortándose las venas podría ser menos doloroso. Siguió observando su pequeño cuarto donde vivía para lograr su justificado suicidio. Ya no quería vivir. La mujer que amó desde la escuela lo había dejado. El mejor amigo al que quiso y lo considero como a un hermano lo había traicionado. Su familia estaba totalmente dividida; además, su padre ya no le iba a pagar su estudio. Miró su álbum nuevamente y se fue despidiendo de todos. En eso, abrió la cajuela de la mesita de noche y encontró un frasco de aspirinas. Pensó que si le las tomase podría acabar con su vida sin ningún dolor, eso le pareció ideal. Ya sabía cómo suicidarse. Se fue al baño y llenó un vaso con agua. Regresó a su cama y se sentó. Pasó saliva y cual si cantase un himno, miró al frente firme y decidido. Expresó unas palabras de adiós y se tomó  una aspirina del frasco, luego vino la segunda. Cerró los ojos y respiró profundo. Se sintió mucho mejor y cerró el frasco. Sonrió. En ese momento alguien tocó al intercomunicador. Se asomó a la ventana y vio en la berma del edificio a Leo.
_ ¿Vamos a latear viejo? _gritó Leo.
_¡Vamos! _le respondió Juan feliz y aliviado.



JAVIER REZABAL





viernes, 4 de mayo de 2012

descontento pena verguenza e impotencia


DESCONTENTO, PENA, VERGÜENZA, E IMPOTENCIA.

Hay algo que me causa descontento y mucha pena. También vergüenza e impotencia. Porque estos sentimientos son humanos, y como tal tengo el derecho y la debilidad de sentirlas. En lo que va de este mes y lo sucedido en Cusco. El secuestro de los trabajadores de Camisea. La acción militar-policial para ir al rescate. La trágica muerte de una mujer policía al caerse el helicóptero. La muerte de policías y militares por parte de los terroristas dirigidos por el camarada “Gabriel” en pleno tiroteo de la selva de Kiteni (Cusco). La desaparición a abandono de dos sub oficiales. La lenta actitud, búsqueda y rescate de ellos. Porque las cabezas y jefes superiores como  Los ministros de Defensa y del Interior, no tomaron seriedad e interés en esto. No les importó la vida de estos dos jóvenes que sin experiencia  alguna de guerras no convencionales y anti subversivas, fueron enviados a luchar quizás por amor a su patria, o tal vez por obligación. Pero fueron. Pasaron semanas. Y uno de ellos, el joven sub oficial de la Policía, Luis Astuquillca aparece con vida por cuenta propia. Porque nadie lo pudo encontrar, ni helicópteros, ni cientos, ni miles de soldados. Él mismo se rescató. Ahora un padre en desesperación que su hijo no puede hacer lo que Luis consiguió sin ayuda de Estado, va en búsqueda e este. Lo encuentra, está muerto, pero lo encontró.

Por otro lado, el gobierno desde el principio. Calificó la operación de rescate como una “operación impecable”, se olvidó de los que quedaron perdidos en la selva. Cuando uno aparece, estos padres de la patria anuncian y se llevan los créditos del esfuerzo propio. Y luego lo vuelven a hacer cuando el cuerpo de César Vilca aparece. ¿Y qué puede sentir un padre? ¿Y qué puede sentir el mismo Luis o el difunto César? ¿Y qué puedes sentir tú después de contarte esta historia real? Descontento, pena, vergüenza, e impotencia.



JAVIER REZABAL

jueves, 8 de marzo de 2012

la filosofía y la internet



LA FILOSOFÍA Y LA INTERNET



La vida en estos tiempos ha cambiado. En distintas formas a comparación del pasado. Pero lo que quiero resaltar es la filosofía del hombre, su modo de pensar, deducir, razonar y reflexionar. Los contextos y situaciones hacen que todo sea diferente y nuevo. Este pensamiento filosófico, este amor al saber hoy podemos explotarlo gracias a la tecnología.



Resulta que la tecnología como herramienta como instrumento que nos ayuda en distintas formas, es la clave de este cambio en el pensamiento filosófico del hombre. Hoy en día esta tecnología es la Internet. Esta sublime palabra que se entiende mejor llamándola “red de redes” es un espectacular medio de comunicación, de información que globaliza a distintos territorios convertidos por la política en Estados y que ahora gracias a la internet es sólo uno. Es un medio mucho más eficaz que otros, y por ende un arma versátil como lo fue el libro de Gutenberg, el telégrafo, el teléfono de Graham Bell, la radio y la televisión. Es el medio más accesible y aceptado en nuestros tiempos y por gente de nuestros tiempos. Por su velocidad en tiempo real para transmitir ideas, pensamientos, opiniones, que no necesariamente tiene que ser difundida por eruditos o expertos en lenguaje o redacción. Sino que cualquier ser humano que pueda teclear sus pensamientos lo hace sin ninguna dificultad y discusión alguna a pesar o no de que gramaticalmente esté mal. Además, el internet tiene una gama de recursos para comunicarnos, páginas web, redes sociales, chats, blogs, zonas de descarga, y muchas cosas más es lo que nos brinda y que así es como se dispara la información y el pensamiento de la humanidad.



Podemos admitir la utilidad importante de la Internet en nuestra vida diaria, en el hogar, los negocios, la política y otros ámbitos sociales. Pero así como admitimos su uso, ¿Podríamos aceptar su repercusión filosófica? ¿Sus efectos colaterales en la nueva forma del pensamiento humano? La humanidad con esa facilidad para recibir información de lo que pasa en el mundo es capaz de razonar por consiguiente filosofa, ¿Podría entonces tomar acciones en nuestra realidad? ¿Acaso las noticias en nuestra vida no causan alguna consecuencia? Yo creo que sí. Y más impactante y trascendental lo es si viene de la Internet. Por tal motivo, la historia nos da un ejemplo de cómo nuestra vida cambia. Estemos preparados entonces para cuando este medio llamado Internet desarrolle nuestra filosofía en un nivel mucho más alto hasta el punto de convertirlo en el quinto poder de la humanidad.







JAVIER REZABAL







domingo, 5 de febrero de 2012

lo que la juventud peruana debe saber

LO QUE LA JUVENTUD PERUANA DEBE SABER



Recuerdo muy poco la época del terrorismo porque era muy niño. Solo tengo en la memoria aquel año del 96 cuando estaba viendo unos dibujos animados en la televisión y de repente la interrumpieron para transmitir en vivo la toma de la residencia del embajador de Japón. Luego era pan de cada día ver las imágenes de la larga negociación con los terroristas. Finalmente, el comando Chavín de Huántar recuperó a los rehenes. De ahí no sabía nada más de terrorismo, pero afortunadamente mi madre me fue contando cómo eran aquellos días donde había que hacer cola para comprar los alimentos básicos como el pan, la leche y el azúcar, entre otros. Que casi siempre en los conos de Lima ocurrían apagones y una hoz y el martillo incandescente, brillaban en los cerros. Y en el centro de la ciudad, estallaban coches bomba y colgaban animales en los postes. Todo por una causa llamada “lucha interna”, “lucha del campo a la ciudad” o “guerra de guerrillas”.



Años después, cuando ya era joven y observaba la realidad. Comencé a investigar acerca de la peor mancha o desgracia que le había pasado al Perú, a parte de la Guerra del Pacífico. Descubrí que el culpable de esto era un tal llamado Manuel Rubén Abimael Guzmán Reynoso, un hombre que dedicó su vida a hacer justicia basada en un pensamiento llamado “Marxismo-Maoísmo-Leninismo-Pensamiento Gonzalo” que costó la vida a cerca de 70, 000 personas entre ellas campesinos, pobres, y militares. Luego entendí que todo era una farsa, que eso no era justicia. Que la injusticia que sucedía en el país por parte del Estado corrupto e ineficiente no era mayor ni menor que los que perpetraban Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA). No fui testigo de toda aquella desgracia que describen los libros, las fotografías, diarios, testimonios verbales, y otros medios de información. Pero supe que era verdad. Que pasó en el Perú y que perdimos una guerra estúpida en los 80 en vez de ganar un paso más al progreso. Que ganamos un retraso y perdimos una oportunidad. Que el tiempo grabó una mancha oscura en la Historia del Perú y no una blanca de paz.



Han pasado muchos años, treinta y dos para ser exacto. Y veo en los medios a una secta llamada Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF). Que me obliga a informarme y descubrir que no es más que un grupo de dinosaurios senderistas que tienen como fin confundir a la juventud como yo que no vivió en carne propia las falaces y crueldades del terror y azuzarlos en su afán de liberar a los presos senderistas; en especial, al señor Abimael Guzman. ¿Para qué? ¿Con qué fin? con el único fin de retomar fuerzas y fortalecerse para lograr sus propósitos ideológicos, pero esta vez por la vía legal de la democracia. Solicitando a la Nación se le considere como un Partido Político legal. Tendrían que lavar el cerebro también a los ancianos y a los testigos originales de lo que ocurrió en los ochenta para que tengan la aprobación del pueblo. Lo dudo, sé que somos extrañamente olvidadizos y que al cavo de años olvidamos las injusticias y actos corruptos de nuestros políticos; sin embargo, olvidar esa época cuesta. Es por eso que nadie apoyará tal causa. Solamente esa juventud soslayada y afanada en las mentiras, jóvenes confundidos, que creen ver la justicia. Para buena suerte son pocos. Porque hay que ser bien carente de inteligencia en estos tiempos para confundir la democracia con la violencia. Creo que los tiempos del comunismo y las revoluciones terminaron.



No hay que recordar nada. Hay que informarse bien. Comparar lo que nos cuentan unos y otros. Investigar lo que pasó realmente. Y no ser tan fanáticos. La verdadera historia está al alcance de todos. En Internet, en los libros el cual recomiendo uno en especial llamado Sendero del periodista Gustavo Gorriti, testigo, victima y tenaz hombre que trató de hallar la verdad y lo logró. La historia está hecha con el fin de que no se vuelva a repetir, en especial si parte de ella fue trágica como lo fueron los años del terrorismo en el Perú.







JAVIER REZABAL






lunes, 23 de enero de 2012

Lima querida

LIMA QUERIDA







El pasado dieciocho de enero se celebraron los cuatrocientos setenta y siete años de fundación española de la Ciudad de Lima. Un día muy importante para la población netamente limeña y también para los inmigrantes provincianos que con esfuerzo y osadía también se han convertido en hijos de esta multicultural ciudad.



La magia de las luces que iluminan todo el ornato del Centro de Lima, las tiendas en general, y los titánicos fuegos artificiales acompañaron en la celebración del día miércoles pasado.



Lastimosamente no fui testigo de semejante algarabía, pero anduve buscando en Internet información respecto a nuestra bella ciudad, y bella porque una de las cosas que las engrandece tanto son sus esplendidos y originales balcones que abundan en todos los jirones y calles del Centro Histórico.




Los balcones limeños fueron construidos tanto en la época virreinal como en la republicana. Sus propósitos fueron complementar con el diseño de las mansiones coloniales que los españoles ricos y nobles mandaron a construir. La novedad de estos balcones es que no fueron idea original de los conquistadores sino que fueron los árabes quienes lo llevaron a la Península Ibérica cuando invadieron el sur y después de la caída de su reinado, pasaron a manos de España que finalmente trajo la idea novedosa a Lima.




La cantidad de estos bellos balcones supera a la propia Andalucía según la historiadora alemana Bárbara Dahlheimer (boletindenewyork.com). Además, esta página nos cuenta que en tiempos del virreinato, a los hombres no les agradaban que sus mujeres anduviesen caminando por las calles, razón por el cual mandaron a construirlos. Sin embargo, estas damas aprovechaban esta comodidad de no ser vistas fácilmente para así ocultarse y observar a sus galanes. También lo utilizaban las mujeres chismosas para husmear la vida de los demás y para realizar tertulias.




Me honra mencionar que durante el gobierno municipal del señor Alberto Andrade, que en paz descanse, inició un programa de recuperación llamado “Adopte un Balcón” en el cual las empresas privadas contribuían en su restauración.




Bueno pues, me siento muy orgulloso de vivir en esta ciudad tan llena de vida, injustamente tratada con el respeto que se merece, pero ya las cosas cambiaran. Mientras tanto, hay que disfrutar de cada rincón de esta querida tierra. ¡Feliz cumpleaños Lima querida!




Pdta.: Este nuevo año empezaré a postear más seguido, es un compromiso. Y gracias por tomarte un tiempo para leer este humilde blog. ¡Espero te sirva de ayuda!


JAVIER REZABAL