HAY MENTIRAS
Hay mentiras blancas, hay mentiras negras. Hay gente que miente por el bien de los demás, mentiras llamadas piadosas. Hay mentiras perdonables y hay otras imperdonables. Mentiras grandes y pequeñas. Y aunque muchas de ellas suenen convincentes y casi verdaderas, para mí sigue siendo una mentira en sus siete letras.
Si bien una de las tantas cualidades congénitas del limeño criollo o acriollado es ser pendejo, eso implica también ser mentiroso. Observemos al muchacho que pide dinero a su viejo para pagar la pensión de la universidad, exigiéndole más dinero de lo que tiene que contribuir. Sana mentira para gozar un buen fin de semana si es que tu viejo es gerente, doctor, o bancario. O cruel si es que tu viejo se saca la mierda trabajando para al menos poder darte una sana educación. ¿Jamás te has topado con un muy habilidoso y bien entrenado cobrador de transporte público? ¿Acaso nunca te han cobrado una tarifa más elevada de lo usual? (chequea cuánto le cobran a los gringos en Miraflores), o que te dice que no te lleva a tu destino porque en verdad no quiere tener un pasajero cuando puede llevar a dos en un solo viaje. Mentira lucrativa. Pendejo de mierda, encima insolente, atrevido y avezado. Así son muchos cobradores.
Y la lista no termina, no me digas que nunca has tenido que pagar un producto a un precio fuera de lo común, y no es que te engañen porque tú sabes cuál es el verdadero precio pero así es el marketing que se maneja la casera, a lo que llamo Mentira verdadera.

No te sorprendas de lo que te diré, pero todo el mundo lo sabe. Madres que mienten a sus hijos. Hijos que mienten a sus madres. El enamorado que dice que está estudiando el fin de semana cuando en realidad está cheleando con sus amigos. La enamorada que te dice que llega en quince minutos, y luego tras una hora de espera casi iracunda y molestosa, se aparece. Pues bien, hay mentiras de grueso calibre. La infidelidad es la hija de la mentira. Ahorita mismo puedes ser parte de una mentira como creer en lo que dicen los políticos, que la economía en el Perú está creciendo en cifras que nos indican que estamos pronto a formar parte del primer mundo. Sin embargo, con tanta pobreza y poca educación que vez ¿Cómo vamos a pertenecer al primer mundo? ¡Por Dios que ni Yepeto se la cree!
La gente convive con la mentira y sonará descabellado, pero la mentira es tan importante como la verdad. Nadie se escapa de ella. Que tire la primera piedra aquel que nunca ha mentido, y aquel que nunca ha disfrutado mentir. No es falso. Nosotros mentimos porque nos conviene hacerlo. Porque amamos la verdad a tal punto que podríamos mentir para conseguir todos nuestros fines.
JAVIER REZABAL
JAVIER ME PARECE UNA BUENA APRECIACION DE LA MENTIRA. PERO A MI PARECER TE FALTO LAS MENTIRAS BLANCAS O PIADOSAS QUE TAMBIEN SON PARTE DE NEUSTRA Y DE ALGUNA MANERA SON NECESARIAS POR EJEMPLO PARA NO OFENDER A UNA PERSONA O PARA QUE ALGUIEN O PARA NO LASTIMAR EN ESOS CASOS, PODRIA LA MENTIRA ESTAR JUSTIFICADA?
ResponderEliminarA mi punto de vista. Creo que a nadie le gusta que le mientan, pero cuando uno miente pasa a justificar la mentira.
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